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La grasa te vuelve estúpido: cambios en el cerebro causados por alimentos ricos en grasas

Pan con mantequilla y queso por la mañana, patatas fritas del snack bar, un trozo de tarta de crema por la tarde y cerdo asado por la noche y una barra de chocolate frente al televisor. A la mayoría de los alemanes les gusta comer mucha grasa. Esto puede tener no solo efectos negativos sobre el peso, sino también sobre el cerebro, como lo demuestra una nueva investigación.



El Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo en Colonia llevó a cabo estudios en ratones, que ahora se han publicado bajo la dirección de Alexander Jais. Los ratones fueron alimentados con alimentos ricos en grasas durante varios días. Los cambios en el cerebro se observaron utilizando tecnología moderna. ¿El resultado? Después de solo tres días, la ingesta de glucosa en el cerebro disminuyó. Aunque los ratones comían más de las suficientes calorías todos los días, sus cerebros estaban insuficientes y "hambrientos". La razón de esto fue una interrupción de la proteína GLUT-1, que transporta la glucosa a través de la barrera hematoencefálica. Esta barrera es un filtro muy eficaz en el que los nutrientes para el cerebro se filtran de la sangre o se eliminan los contaminantes. Esto separa la circulación sanguínea y el sistema nervioso central. Debido a la dieta alta en grasas de los ratones, los ácidos grasos insaturados libres podrían haber tenido un efecto tóxico sobre esta barrera hematoencefálica, provocando que GLUT-1 retroceda como transportador. Sin embargo, los investigadores aún no han encontrado una explicación precisa para el trastorno GLUT-1.

De cualquier manera, la falta de glucosa en el cerebro tiene consecuencias de gran alcance. Porque de repente áreas importantes como la corteza cerebral o el hipotálamo dejan de funcionar adecuadamente. Pero el cuerpo también reacciona a esta falta de energía en el cerebro. Los macrófagos, células especiales del sistema inmunológico, producen la hormona del crecimiento VEGF. Esto estimula nuevamente la producción de GLUT-1. Además, el GLUT-1 se libera directamente en los vasos de la barrera hematoencefálica. De esta manera, el GLUT-1 puede volver a transportar suficiente glucosa al cerebro. El experimento mostró que los ratones volvieron a los niveles normales de glucosa en el cerebro después de cuatro semanas, aunque continuaron recibiendo alimentos ricos en grasas. Si este mecanismo no se produce, el cerebro sigue siendo deficiente en glucosa. Se observó que los ratones del estudio tardaron más en aprender y tenían menos memoria para recordar.

Aunque la deficiencia de glucosa puede remediarse mediante la formación de hormonas de crecimiento, esto no ocurre sin consecuencias. Se desarrolla un llamado "cerebro egoísta", que desarrolla un gran apetito por los dulces. Así es como obtiene la glucosa necesaria. Sin embargo, el cerebro tiene que prevenir la absorción de azúcar en los músculos. Sin embargo, esto puede hacer que las células de los músculos se vuelvan resistentes a la insulina. En el peor de los casos, esto crea diabetes.

Una dieta alta en grasas no solo tiene efectos negativos sobre el peso corporal o el sistema cardiovascular. Más bien, una dieta alta en grasas puede cambiar el estado de nuestro cerebro y hacernos "estúpidos". Por lo tanto, se debe prestar atención a una dieta variada, con grasas saludables del aceite de oliva, nueces y semillas, pero con moderación.

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